Nikolas Cruz, el responsable del tiroteo en la escuela secundaria de Florida que dejó 17 muertos, podría recibir la pena capital. Así lo solicitó la Fiscalía del condado de Broward, después de imputarlo por los homicidios en primer grado. La abogada del joven, que está detenido desde el día de la masacre, adelantó que el asesino se declarará culpable y, como estrategia legal, demostrarán que tiene «problemas mentales» para eximirlo de la ejecución.

La pena de muerte, que está incluida en el Código Penal del Estado, se definirá en un juicio con jurado popular. Los 12 miembros deberán votar a favor y de manera unánime. El último caso sancionado fue el de Eric Blanch con inyección letal, en febrero pasado. El hombre de 47 años había sido acusado por la violación y asesinato de una estudiante en 1993.

Para evitar la muerte, la defensa de Cruz dependerá de sus capacidades para fundamentar que sufre de alteraciones psiquiátricas. Hasta ahora, trascendió que Cruz estuvo en tratamiento psiquiátrico durante un año y que lo abandonó semanas antes de la matanza. Su perfil será clave para su estrategia: es huérfano de sus padres biológicos y, desde fines del año pasado, de su madre adoptiva.

El adolescente había sido estudiante del colegio en donde perpetró la masacre, el instituto Stoneman Douglas. Tras la tragedia, muchos de los alumnos que lo conocían lo describieron como un chico marginado, con problemas para relacionarse y un obsesionado con las armas, que hasta llegó a mostrar en público y en las redes sociales.

El tiroteo fue el pasado 14 de febrero .Cruz entró al establecimiento y comenzó a disparar.