Durante la mañana del domingo de la Argentina, las autoridades informaron que habían rescatado a cuatro chicos, que fueron trasladados al hospital y están en perfecto estado de salud. También anunciaron que los trabajos se pausaban hasta poner en condiciones el camino por donde se movían los buzos. Ahora, ese tiempo de espera se acabó y volvieron al trabajo para socorrer a los restantes miembros del grupo.
Pero la cueva de Tham Luang, en el norte de Tailandia, se volvió una verdadera trampa mortal. La distancia entre la entrada de la caverna y el lugar donde están atrapados los chicos es de 4 kilómetros, que deberán ser atravesados en varios trayectos bajo el agua y en otros a pie, tal como en la primera etapa de rescate.
Según se estima, las condiciones climáticas para el rescate de hoy serán más difíciles que las que hubo en la primera parte, con lluvia permanente y fuertes correntadas en los cursos de agua dentro de la cueva. Una vez que hayan sido reemplazados los tubos de oxígeno a lo largo de todo el recorrido que hacen los buzos por más de 11 horas, el operativo podrá comenzar.
Voceros de la dirección del operativo afirmaron que hay «dos obstáculos: el agua y el tiempo». En ese sentido, destacaron que «la lluvia empezó a caer en la zona» y eso es contra lo que han estado luchando. «Lo que podemos hacer, hay que tener en cuenta que se hace contra la fuerza misma de la naturaleza», explicó uno de los portavoces.
Según información difundida por los rescatistas, la cuestión climática será mucho más determinante en esta segunda jornada de operación. La estación de lluvias en Tailandia recién está comenzando, y se espera incluso que las inundaciones dentro de la caverna sean peores con el correr de los días. Algunos de los tramos con agua más profunda se encuentran cercanos a la planicie donde está el resto de los chicos atrapados.
El operativo incluye una etapa en la que se «prepara» psicológicamente a los chicos para que puedan llevar a cabo el trayecto, que implica unas cinco horas de travesía hasta la entrada de la gruta, entre las etapas bajo el agua y otras a pie. La preparación incluye charlas para que los chicos tengan toda la información sobre lo que se va a hacer durante el rescate.
Pero además la meta de los rescatistas es que los chicos, antes de iniciar el trayecto, puedan estar habituados a las técnicas de buceo que deberán sostener durante el recorrido, para evitar episodios de pánico que comprometa su salud.
Los cuatro chicos que salieron en primer lugar de la cueva, de acuerdo a lo que reportan medios internacionales, fueron los cuatro que «más debilidad» presentaban y fueron elegidos por el propio grupo. El resto de los niños y el entrenador podrían tener que esperar hasta cuatro días más en la gruta.
Los primeros cuatro chicos pudieron salir tras la primera jornada de rescate, en un operativo que fue «más sencillo» de lo que se creía, y que incluso la última parte del viaje pudo ser realizado a pie. El embajador tailandés en Argentina, Narisroj Fuangrabil, por su parte, afirmó que «los cuatro chicos rescatados están siendo atendidos y ya pudieron reunirse con sus familias».
