El proceso de construcción de una nueva institución ajena a la cultura local estuvo en marcha: INTA al servicio del hogar rural. Una vieja sirena y una gran masa de trabajadores conforman una postal icónica. El trabajador de INTA llevaban con orgullo «su pertenencia». El trabajo hasta por la noche y los fines de semana, las largas mesas en el comedor, las charlas de taller, el «picadito» en el potrero, los viajes a otras provincias, grandes investigaciones y el deseo de aprender con el respeto absoluto a una sinergia entre obreros e ingenieros enarbolaron la época de «oro». En ella, mucho ejercicio de diálogo, templanza y el talento de hacer amigos, conformaron los primeros pasos de un vergel, ejemplo en todo el país. En esa etapa estuvo presente y atento el Ingeniero «Fonte» . Esta semana se conoció su deceso.
Tristeza por la partida de ex director de INTA ( Instituto Nacional de Tecnología Agropecuaria) Ing. Enrique César Fontemachi. El empresario viveristas Hugo Amat, ex trabajador de la Estación Experimental Agropecuaria lo recordó como «un hombre que supo construir afecto, que supo dirigir un INTA que había que hacer o desarrollar desde abajo, desde la nada». El ingeniero «Fonte» como se lo conocía perteneció » a una generación de hombres que forjaron el INTA, provocando un servicio de extensión incomparable»
En la reminiscencia de Amat convergen muchos nombres, destacando la figura del ingeniero como un ser representativo de una época de «oro» que pasó y dejó no solo investigaciones fecundas sino una mirada colectiva de afecto y reconocimiento a la «persona», a » las relaciones humanas».
Enrique César Fontemachi, que en Paz descanse. Sentidas condolencias a su familia.
