Argentina llegó a un sombrío punto en su lucha contra la pandemia cuando, ayer por la tarde, superó las 100.000 muertes por COVID-19. El país agregó 19.697 nuevos casos y 614 muertes, elevando el número total de defunciones a 100.250, según datos publicados por el Ministerio de Salud. La nación sudamericana ahora se suma a otros 10 países que han sufrido pérdidas de 100.000 o más, según datos recopilados por la Organización Mundial de la Salud.
Aunque los contagios bajaron desde el pico que hubo en junio, se han mantenido varias restricciones de cuarentena, incluida una norma del mes pasado que limita la cantidad de viajeros autorizados a ingresar al país. Argentina implementó uno de los cierres más estrictos del mundo el año pasado, lo que llevó a la economía a sufrir una contracción récord de cerca del 10%, pero un comienzo lento en el rastreo de contactos permitió que los casos siguieran aumentando. Además de la pandemia, el Gobierno lucha contra una tasa de desempleo de dos dígitos, una creciente pobreza y la inflación, que ronda el 50% anual.
“Los desafíos estructurales, económicos y políticos que han convertido a Argentina en uno de los países con peor desempeño en el mundo en términos de manejo de la crisis económica y sanitaria desencadenada por el COVID-19, también lo convertirán en uno de los más lentos en recuperarse”, dijo Jimena Blanco, directora de investigación para América Latina de la consultora Verisk Maplecroft.
Las débiles perspectivas de la economía dificultarán la recuperación incluso si el despliegue de la vacuna se acelera antes de fin de año, dijo Blanco. Se prevé que la economía crezca un 6,3% este año./INFOBAE
